Los discursos parlamentarios de Práxedes Mateo-Sagasta

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Legislatura: 1886 (Cortes de 1886 a 1890)
Sesión: 10 de mayo de 1886
Cámara: Congreso de los diputados
Discurso / Réplica: Réplica al Sr. Salmerón
Número y páginas del Diario de Sesiones: 1, 18-19
Tema: Reglamento por que ha de regirse el Parlamento

Yo siento, Sres. Diputados, que mi distinguido amigo particular el Sr. Salmerón, que tiene por sí tan grande importancia, quiera dársela a una cuestión baladí, y pretenda hacer de un grano de arena una montaña. ¿Qué necesidad tiene S.S. de eso? Cuestiones verdaderamente graves vendrán en las que S.S. podrá sus armas oratorias. (El Sr. Salmerón: No se trata de lucimientos).

Sí; Sr. Salmerón, porque aún cuando pudiera ser exacto lo que manifiesta S.S., no le creerán si lo dice con motivo de cosa tan pequeña, y no sucediendo nada que lo reclame.

Hay antecedentes, hay prácticas constantes relativamente a la cuestión planteada, y no podía suceder de otro modo. Cuando un Reglamento viene rigiendo en diversas legislaturas, sirve para empezar la nueva, sin perjuicio de que los Sres. Diputados que forman parte de las nuevas Cortes pretendan en su día y en su oportunidad la variación del Reglamento. ¿Cuándo podrá hacerse esto? ¿Cuándo deberá hacerse? Cuando haya Mesa interina, cuando esté constituido, aunque no sea más que interinamente el Congreso, y cuando, en una palabra, se pueda legalmente discutir.

Y en prueba de ello, Sr. Salmerón, yo afirmo que ya no habrá necesidad de hacer la pregunta que su señoría propone, porque está prejuzgada la cuestión; porque en virtud del Reglamento vigente se reunieron ayer los Sres. Diputados; en virtud de ese Reglamento se nombró la Mesa de edad, y en virtud del mismo está presidiendo el dignísimo anciano que ocupa ese sitial; por consiguiente, con arreglo a este mismo Reglamento tienen que seguir realizándose todos los demás actos parlamentarios, hasta que S.S., si quiere y en su oportunidad, proponga la modificación conforme a los procedimientos que el mismo Reglamento establece.

Vea, pues, S.S. como no hay aquí quien atropelle el derecho, ni quien viole la independencia de nadie. El Sr. Salmerón tiene completamente expedito su derecho; pero bueno será que use de él sin impaciencia [18] y en tiempo oportuno; y si lo hace así, respetado será por los Sres. Diputados, por el Gobierno y por todo el mundo; pero tenga S.S. la calma y la paciencia que, por emplearse en esto trabajos parlamentarios, se llaman calma y paciencia parlamentarias, y que sin duda S.S., por hacer algún tiempo que falta del Parlamento, las ha olvidado. (Aprobación).

Por lo tanto, suplico al Sr. Salmerón que deje continuar tranquilamente esta sesión, pues porque rija este Reglamento que está en vigor ya, o se aplique otro, hasta que la Mesa se constituya de una manera por lo menos interina, no han de quedar en peligro la libertad, el derecho, ni las garantías de nadie, y guarde S.S. esos acentos para cuando en efecto puedan peligrar la libertad, el derecho o las garantías de los ciudadanos, que seguramente no ha de encontrar ocasión para emplearlos. (Bien)- [19]



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